lunes, 20 de febrero de 2012

Lo conseguiré, lo conseguiré, lección aprendida en 1996


A continuación quiero relataros una de las mas increíbles experiencias que he vivido gracias a esto del atletismo y para calentar solo lanzar la siguiente pregunta:


“¿Alguna vez has dado mas del 100% en un carrera?”

Teórica y matemáticamente es imposible rendir a mas de tu 100%...

Comenzamos...

He de remontarme al año 1996, en aquella época entrenaba con un magnífico entrenador como es Andrés Mayordomo, competía con el Club Atletismo Campanar, actualmente disuelto, y compartía tardes de entrenamientos y concentraciones con amigos y compañeros como mi actual mister José Antonio Redolat, Roberto Moreno, Eugenio Olmos, Miguel Ángel Redolat, Julio Carlos Regidor, Salvador Suay, Julio Andujar y un largo etcétera...

Era mi época de atletismo en pista, todo esto de carreras populares y algo que no estuviera ligado con el tartán, me sonaba a chino, no quería saber nada de nada, mi lucha contra el crono era mi única ambición, batir segundo a segundo mi marca era un reto constante.

La temporada comenzaba tras unas vacaciones de 15 dias en septiembre, en la época invernal, había que hacer volumen de kilómetros, la base, y corríamos la temporada de cross como preparación para la temporada de aire libre, haciendo algún que otro escarceo en pista cubierta.

Cierto domingo del mes de febrero si no recuerdo mal... hace ya tanto tiempo que mi memoria no alcanza, salimos desde el actual Hipercor, sede de las quedadas para los desplazamientos del equipo, dirección a Guadassuar para competir en el Cross de la Garrofera.
Recuerdo que cogimos algo de niebla antes de llegar y hacía un frío del carajo, después de aparcar y una pequeña revisión al que iba a ser el circuito, nos dispusimos a calentar, tengo recuerdos tan nítidos, como saber las zapatillas que aquel día llevaba Redo, eran las Nike Air Max que lucía en su época Irina Privalova, eran mis zapatillas fetiche, que nunca tuve...

Nos pusimos a calentar Roberto Moreno, Julio Carlos Regidor y yo, no recuerdo quien mas estaba con nosotros, empezaron las vaciladas, apuestas y promesas (algo habitual con nuestra edad 17-18 años) era la época de Ronaldo, el gordo, que goleaba en el Barça, y su particular ritual después de marcar un gol consistía en extender los brazos haciendo un ángulo de 45º, no soy del Barça, pero estaba de moda, así que cargado de confianza amenacé  (en plan utópico) que si ganaba, al pasar por meta haría lo mismo que Ronaldo al marcar un gol, las risas fueron cojonudas, hasta yo reía, era Junior de primer año y ellos de segundo año, en esas edades un año es bastante diferencia, estiramos un poco (como siempre) 2 o 3 progresiones y a coger sitio en la salida.

Listos... PUM!!!  Salimos bien los tres y empezamos a coger buenas posiciones al frente del grupo, creo recordar que eran 4 vueltas a un circuito que subía una pequeña montañita, al pasar por primera vez por meta, me notaba muy cómodo, uno de esos días que vas fenomenal, subimos de nuevo el repecho y allí se encontraba nuestro entrenador que como un poseso nos gritaba “Romped la carrera, romped la carrera, que vais muy lentos y sois demasiados!!!!!” en ese momento liderábamos un grupo de unos quince aproximadamente, Roberto le dice a Julio Carlos “yo no puedo tío”, Julio Carlos le responde “yo tampoco” y entonces armado de valor paso por el medio de ambos y les digo con confianza YO ROMPO LA CARRERA, a partir de ahí impongo un ritmo exigente, siempre a la cabeza de carrera, pasamos otra vuelta a un ritmo infernal, en ningún momento desde que me puse en cabeza miré atrás, solo pensé en tirar y tirar, a falta de 1.5 km aproximadamente y en plena subida, Julio Carlos me dice “ Para Juanfran, que vamos solos”, prácticamente sin mirarle y sabiendo que al sprint era carne de cañón contra un rival, que mas tarde llegó a hacer 3:45 en 1500 ml, aumenté o quizás mantuve el ritmo, no sabría decirlo con seguridad, solo quedaba uno y había que dejarlo atrás, como habían ido cayendo el resto de competidores. Faltando 800 metros a meta noté que desfallecía todo me dolía, la sensación era como si mi cuerpo fuera a colapsar, los pelos de punta, el corazón a mil por hora, la ambición y la sobremotivación de ver que había dejado atrás a varios rivales de mayor nivel que el mío, fue aún mas fuerte, la cabeza dijo mas rápido, mas rápido, mis piernas a duras penas obedecían, la cosa pintaba bastante fea, pese a sacar cierta distancia respecto a mi perseguidor, pero de repente y faltando escasos 500 metros, todo dejó de dolerme, como si alguien le hubiera dado a un interruptor, acariciaba la gloria, iba a ganar una carrera!!! No era ningún campeonato del mundo, ni de España, ni siquiera autonómico, pero iba a ganar, un sueño para cualquier corredor sea cual sea su nivel.
Pasaron volando los últimos metros como si fuera en una nube, para ser sinceros no recuerdo nada de los últimos metros es como una laguna, como si me encontrara en trance, pasé por el arco de llegada y a duras penas extendí mis brazos a lo Ronaldo, como había prometido y... caí redondo al suelo, lo siguiente que recuerdo fue, la cara de preocupación de mi padre que me cogía en brazos, el personal sanitario de la ambulancia poniéndome una mascara de oxigeno y dándome glucosa bebible y en pastillas, tardé un buen rato en recuperarme, no sabría decir cuanto, pero una inmensa felicidad me invadió por completo, la felicidad del trabajo bien hecho, de vaciarme por un sueño que ese día se hizo realidad, había ganado, no recuerdo otra carrera aquella temporada o años posteriores en la que les volviera a vencer, aquel día hubiera podido con cualquiera jajajaja.
Copamos la primera y segunda posición individual y ganamos por equipos, que gran carrera... aún conservo los trofeos como mi bien mas preciado.

Pasado el tiempo e intentando asimilar que había sucedido aquel día, comprendí que había superado mi limite físico, la fuerza mental y la motivación habían sido tales, que sobrepase ese muro del dolor físico, pude sentirlo, llegas a un punto donde el dolor desaparece, pierdes la consciencia sin querer y solo con la fuerza mental de alcanzar tu objetivo, avanzas, avanzas y avanzas sin mirar atrás.
Hoy día, aun recuerdo aquello y fue una lección que grabé a fuego en mi cabeza, querer es poder!!! Si deseas algo con todas tus fuerzas, puedes conseguirlo, no decaigas, hay días buenos y malos, pero se constante, no desfallezcas, lo conseguirás, en los momentos duros repitete” lo conseguiré, lo conseguiré”, y tarde o temprano se hará realidad, nosotros mismos nos auto-limitamos, hay que deslimitarse, eres todo lo fuerte que tu cabeza sea capaz de transmitir a tu cuerpo, el atletismo de fondo tiene mucho de cabeza así que no lo olvides, LO CONSEGUIRÉ, LO CONSEGUIRÉ...

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho tu artículo. Qué recuerdos en el cross de la Garrofera!

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  2. Gracias fernando, llevaba tiempo queriendo pasar a escrito aquel dia y de una manera un poco acelerada una tarde me sente y lo escribi. gracias por haber leido el tocho jejej

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